Esta exquisita pieza es un testimonio de la belleza eterna de los diamantes naturales y la artesanía incomparable que les da vida. El brillante oro amarillo de 10 quilates prepara el escenario para 21 encantadores diamantes redondos, que en conjunto pesan un cuarto de quilate. Cada diamante se selecciona cuidadosamente para irradiar brillo y destello, realzando cada uno de sus movimientos con un toque de glamour. Con un grado de color IJ, estos diamantes exudan un brillo cálido y atractivo, mientras que el grado de claridad I1-I2 garantiza una exhibición cautivadora de carácter natural. El engaste en garras sostiene delicadamente cada diamante en su lugar, maximizando su atractivo resplandeciente. El diseño de derivación agrega un toque contemporáneo a esta pieza clásica, simbolizando los caminos entrelazados que se entrelazan en una unión armoniosa. Sirve como un recordatorio de la extraordinaria belleza que reside en su interior y ofrece un toque de elegancia que cautiva a quienes lo rodean.